La banda demandó a la empresa por dos millones de dólares, acusándola de infringir el copyright por el parecido en el nombre del juego, lo cual podría causar “confusión entre los usuarios”.
Además, Iron Maiden dispara contra 3D Realms por vender merchandising relacionado con el videojuego, por tener un logo muy parecido al icónico de la banda, y por copiar la estética del propio jueguito del grupo, llamado Legacy Of The Beast.