Rammstein detona euforia en el Palacio de los Deportes

Una horda de enardecidos fans, 20 mil, según datos de los organizadores, fueron sacudidos por una fuerte explosión ayer, en el Palacio, y respondieron con estallidos de júbilo.

 El ruido provenía de un soplete que destrozó un enorme muro negro en el escenario, creando una puerta para que el líder de Rammstein, Till Lindemann, apareciera ataviado con una especie de mandil rojo: el metal alemán había llegado al 'Domo de Cobre' y algunos fans incluso chocaban cervezas en lo alto.

"Rammlied" fue el tema que abrió y provocó un movimiento de cabezas masivo, en donde la edad fue lo de menos; lo mismo gritaron niños de 10 años vestidos de negro que hombres de más de 50 y para quienes el metal es una forma de vida.

Un juego de iluminación roja, además de otra pequeña dosis de pirotecnia, dio paso a "Buckstabü", y Till demostró su energía recorriendo el templete a lo largo y ancho.

El fuego no se hizo esperar, pues, a medio coro de 'Waidmanns Heil', varias llamaradas brotaron en escena, una cortina de chispas cubrió al grupo y algunas expulsiones de humo danzaron a ritmo metalero.

Destacó el alemán de los fans mexicanos, quienes, quizás sólo por imitación fonética o porque verdaderamente estudiaron el lenguaje, no dejaron de corear los temas.

Hasta el cierre de esta edición, los fans habían sido retribuidos por sus ídolos con un show dominado por el fuego y las guitarras enloquecidas.

"No puedo creer que esté sudando como el año pasado. Es casi el mismo show, y me estoy divirtiendo", dijo una fanática.