sábado, 5 de marzo de 2011

The Flaming Lips y su show en Lollapalooza Chile: "No creo que nos pongan restricciones"



Es uno de los nombres más esperados del festival Lollapalooza Chile que se hará el 2 y 3 de abril en el Parque O'Higgins y tienen recorrido para justificar las expectativas: The Flaming Lips, banda nacida en Oklahoma en 1983, es uno de los nombres más aclamados del rock alternativo norteamericano de los últimos 20 años, gracias a un sólido trabajo renovador de la sicodelia y el rock experimental. Con singles como She don't use Jelly, el conjunto también ha ganado celebridad gracias a sus vistosas puestas en escena cargadas de colores, muñecos y hasta una burbuja donde se introduce su carismático líder, Wayne Coyne.
Se trata de la misma propuesta que traen hasta el recinto capitalino, en el segundo día de la cita, el domingo 3, y en el mismo escenario principal por donde más tarde pasarán Kanye West o 30 seconds to Mars. Eso sí, sentados en el backstage del Carnegie Hall neoyorquino, y a minutos de los ensayos que este jueves 3 los tuvo liderando un show a beneficio del Tibet -donde también participaron Patti Smith y Phillip Glass-, Coyne dice que sabe poco y nada de Chile.
"Sé que hay terremotos, ¿qué es lo que pasa?", pregunta el vocalista y fundador de la banda al hablar con La Tercera. "Todos me dicen: tienes que hablar del terremoto. Sé que hubo un desastre en una mina o algo. Es parte del encanto de ser invitado a tocar por el mundo. Tienes que ir a lugares que nunca habías considerado".
A primera vista, Coyne se ve como Johnny Depp haciendo El sombrero loco en la versión de Tim Burton para Alicia en el país de las maravillas. Rizos entrecanos, traje con pantalón y chaqueta entallada gris, una camisa de colores, un pañuelo con encajes amarrado al cuello y la risa fácil como característica constante. Pero aunque al líder del grupo le encante bromear y parezca un jovencito con canas, es un tipo sensato que califica a su propia agrupación como parte de "un grupo de gente curiosa y rara".
Aunque al hablar de la edición chilena del festival Lollapalooza su tono alude a otra latitud más en la agenda de la banda, hace un alcance: "Vi el primer Lollapalooza en 1992 y tocamos en 1994. Solía implicar una gira por todo Estados Unidos, ahora se hace en un solo lugar. Es increíble y va a funcionar en cualquier parte. Es un escenario con tanta onda como era tocar en CBGB's".
En cuanto a la visita, el cantante dice que aún no definen lo que mostrarán en Santiago, pero que sí llegaran con toda su parafernalia escénica. La misma que un par de veces les ha traíido dificultades en eventos masivos, debido a la incorporación de fuego, láseres, humo y la clásica burbuja gigante. Coyne sigue: "Sabemos que se trata de la música y las canciones, pero nos gusta esta experiencia más intensa asociada a ver a The Flaming Lips. No sé qué podremos hacer en Lollapalooza Chile, pero de seguro tendremos la burbuja espacial, bailarines y otras cosas. No creo que nos pongan muchas restricciones, pero aun así lo haremos".
Lo de la burbuja comenzó como eso, un juego, una forma de dar inicio al show de una manera distinta: simular que Wayne venía del espacio y aterrizaba. A la gente le gustaba tocar el globo transparente y, a través de ella, al cantante. Al tiempo, fueron descubriendo que era un elemento que les permitía conectarse con el público, así como los disfraces, el megáfono y lo que fuera preciso. "No quiero ser sólo una banda de rock. Quiero presentar un espectáculo emocional, incluso para mí. No sólo es cuestión de nosotros, muchos grupos lo hacen para crear una atmósfera y que estén conectados. Todos sintiendo lo mismo y al mismo tiempo. Es como el amor", remata el frontman.
En cuanto al repertorio, dice que serán sólo cinco músicos en escena y que aún no definen qué canciones mostrarán. Eso sí, The Flaming Lips, ganadores de tres Grammy en apartados instrumentales y alternativos, viene con el alabado disco Embryonic (2009) y una muy personal reversión del clásico Dark side of the moon, de Pink Floyd, verdadera relectura para una de las obras esenciales del rock de los 70. "No habíamos pensado en tocar algo en Chile de esa versión", comenta, y luego lanza con su humor: ¿Crees que sería una buena idea? Vamos a considerarlo", detalla.
El trabajo fue grabado junto a la banda del sobrino de Coyne, White Dwarfs, y a otros artistas, como Henry Rollins y Peaches. "Lo hicimos como en una semana para iTunes. Como una banda que nació tan influenciada por Pink Floyd, tocábamos algunas de las canciones porque son sencillas y perfectas, tal vez tan accidentalmente bien hechas. En realidad, habíamos tocado algunos temas, pero no habíamos pensado en grabarlos. La gente de iTunes quería seis o siete temas y no los teníamos, pero yo bromeé y dije: 'hagamos una versión de Dark side of the moon'. La banda de mi sobrino también contaba con otros temas y entre todos teníamos como la mitad. Eran temas que conocíamos", cierra el músico, mientras bromea, mira a sus compañeros y hasta lanza un ronco "¿qué esta pasando ahí?" cuando ve que la puerta del baño de hombres no se abre hace rato. Todo en su estilo.

FUENTE LA TERCERA

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