Es la historia de uno de los grandes perdedores del heavy metal. Paul Di’Anno podía haber sido uno de los mejores cantantes del rock duro. De hecho lo fue durante un par de años (luego fue sustituido por Bruce Dickinson), cuando grabó los dos primeros discos de Iron Maiden, Iron Maiden (1980) y Killers (1981). Pero en los próximos días ingresará en una celda. Un juez inglés le ha condenado a pasar 9 meses a la sombra por estafar a la administración británica. Y calcula que la estafa asciende a unos 50.000 euros. Di’Anno estuvo cobrando durante nueve años un dinero por una incapacidad que simuló: una dolencia de espalda que le impedía ejercer su profesión de cantante, salir de gira y ofrecer conciertos. El cantante seguía realizando conciertos interpretando temas de aquellos dos primeros discos de los Maiden.
Sin embargo, el juez ha demostrado que el cantante ha estado realizando actuaciones durante todos estos años. En concreto, en 2006 realizó más de 60 actuaciones, y en 2007 otras tantas. Algunos vídeos colgados en YouTube han sido clave para demostrar su mentira. “Su avaricia le ha costado a este país mucho dinero”, dice la sentencia, que apunta: “Reduciré la condena de los 12 meses tipificados a nueve, por declararse culpable”. De esos nueve meses, Di’Anno, de 52 años, pasará al menos seis entre rejas.
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