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Korn en Chile, puro power noventoso.
Después de dos años desde su última presentación, Korn volvió a Chile con una propuesta noventera, a la vieja usanza, en un Teatro Caupolicán, que se aleja de la multitudinaria pista atlética, pero que acerca mucho más a la banda con sus seguidores. Seguidores, que esta vez, a diferencia del 2008 en el Monster Of Rock, eran sólo fanáticos del grupo y lo hacían sentir desde horas antes del show.
A eso de las 19hrs. Se abrieron las puertas del impecable Teatro Caupolicán, un telón austero y gigante, te daba la bienvenida, KORN, nada más, sin pantallas ni efectos especiales, sólo ese telón negro; ahí ya te dabas cuenta que sería un show estilo 1994.
Si los tiempos de espera a veces se tornan aburridos y extremadamente largos, creo que esta vez fue la excepción, gente saltando de platea baja a galería, peleas en cancha, cánticos al más puro estilo de clásico de fútbol y buena música de fondo, hicieron entretenida la espera.
A las 20hrs, “D’asfalto y Tierra” sale a escena. Un grupo que en vez de dejarnos con ganas de más, nos hizo extrañar a bandas como los disueltos Rekiem. Creo que el show de estos teloneros fue muy poca cosa para este gran evento, sólo sirvió para que algunos liberaran tensiones pegándose golpes y patadas. La sensación general era una sola, porqué no fue Libra o Ribo, bandas con más circo, pero en fin, tocaron poco y KoRn ya estaba por salir.
A las 21hrs en punto se apagan las luces y suena la pista más tranquila de la noche, 4u, un track de agradecimiento a los fans, extraída del disco Issues. Eso fue lo único relajado de la noche, acto seguido hacen su entrada los músicos, Jonathan Davis, Munky, Fieldy y Ray Luzier y el público estalla en gritos y aplausos, Dead Bodies Everywhere, y Need To, las primeras monstruosidades de la noche que dejaban en claro que sería un show potente y hecho para fanáticos de la vieja escuela.
Luego vinieron los “hits”, Coming Undone, con el ya clásico “We will rock you” de Queen, Here To Stay y Falling Away From Me, con una intro en teclados. El público en éxtasis, los músicos entregados a sus fans, acercándose a ellos, saludando, dando lo mejor sobre el escenario. La noche perfecta.
El momento para “descanzar” vino con la nueva Oildale, gran tema de lo que será el “Korn III: Remember who you are” que sólo algunos coreaban y saltaban. Luego de eso, Somebody Someone y todos los brazos de la gente arriba, agitándolos, se veía increíble el Caupolicán lleno, y Jon Davis que lo notaba y al final del tema aplaudía al público y reía. Did My Time y Throw Me Away fueron “lo nuevo” en este set list cargado a los clásicos de antaño, el público aprovechó a ratos para tomar aire y soltar un poco los músculos tensos de tanto salto y mosh.
Helmet In The Bush, un temazo del disco debut hizo volver a la euforia, que al final dio paso a la incertidubre (incluso de los mismos integrantes de KoRn) producto de una falla técnica que tuvo el concierto detenido unos minutos, tiempo que sirvió para rellenar con unos samples brutales y envolventes de “Horse”. Luego el momento de Fieldy, con un solo de bajo que demostró ser un una de las claves del éxito de los californeanos, el K5 en toda su expresión, más el virtuosismo de Ray Luzier en batería improvisando para luego dar paso al quizás el momento más alto de la noche, con Freak On A Leash, Faget, Good God y Blind. Si alguien no estaba golpeado antes de estos temas, de seguro no salió ileso al final de ellos. Sencillamente una locura, sobre todo en el himno Blind que sirvió para formar un mosh gigante en el centro de la cancha, de seguro todos lo “sienten” aún en sus cuerpos doloridos.
Jon Davis se despide tras el final metalero de Blind, pero la gente sabe que aún no es el final. Claro, si la gaita aún no hace su entrada. Tras un par de minutos aparece Jon Davis con una gaita negra y se desata la locura de flashes, gritos, lágrimas, etc. Shoot & Ladders tocada íntegramente, a diferencia del año 2008, hace agitarse a un público que sabía que el final estaba cerca.
Punto aparte antes del gran final. De todos los temas de KoRn, que no son pocos tras 8 discos de estudio desde 1994, de seguro estos dos son de lo mejor. Clown y Got The Life, caos al máximo en dos de las mejores canciones de la noche.
Al final los agradecimientos de un alegre Jon Davis, que aplaudió y saludo a todos los sectores del teatro. Fieldy regaló sus cuerdas y Ray lanzó baquetas y parches de batería. Un Munky medio pintado aún, se despidió al micrófono (tal como lo hiciera en medio del show diciendo “Chile ayuda a Chile”).
En síntesis fue un show que cumplió todo lo que prometió, fue de la vieja escuela con un KoRn entregado a su público y un público entregado a la banda. Salvo algunos detalles en el sonido, un show redondo que dejó a los aficionados felices y de seguro recordando para siempre, esta hora y media en que KoRn volvió a ser el que conocimos por allá en 1994.
fotos del concierto
Después de dos años desde su última presentación, Korn volvió a Chile con una propuesta noventera, a la vieja usanza, en un Teatro Caupolicán, que se aleja de la multitudinaria pista atlética, pero que acerca mucho más a la banda con sus seguidores. Seguidores, que esta vez, a diferencia del 2008 en el Monster Of Rock, eran sólo fanáticos del grupo y lo hacían sentir desde horas antes del show.
A eso de las 19hrs. Se abrieron las puertas del impecable Teatro Caupolicán, un telón austero y gigante, te daba la bienvenida, KORN, nada más, sin pantallas ni efectos especiales, sólo ese telón negro; ahí ya te dabas cuenta que sería un show estilo 1994.
Si los tiempos de espera a veces se tornan aburridos y extremadamente largos, creo que esta vez fue la excepción, gente saltando de platea baja a galería, peleas en cancha, cánticos al más puro estilo de clásico de fútbol y buena música de fondo, hicieron entretenida la espera.
A las 20hrs, “D’asfalto y Tierra” sale a escena. Un grupo que en vez de dejarnos con ganas de más, nos hizo extrañar a bandas como los disueltos Rekiem. Creo que el show de estos teloneros fue muy poca cosa para este gran evento, sólo sirvió para que algunos liberaran tensiones pegándose golpes y patadas. La sensación general era una sola, porqué no fue Libra o Ribo, bandas con más circo, pero en fin, tocaron poco y KoRn ya estaba por salir.
A las 21hrs en punto se apagan las luces y suena la pista más tranquila de la noche, 4u, un track de agradecimiento a los fans, extraída del disco Issues. Eso fue lo único relajado de la noche, acto seguido hacen su entrada los músicos, Jonathan Davis, Munky, Fieldy y Ray Luzier y el público estalla en gritos y aplausos, Dead Bodies Everywhere, y Need To, las primeras monstruosidades de la noche que dejaban en claro que sería un show potente y hecho para fanáticos de la vieja escuela.
Luego vinieron los “hits”, Coming Undone, con el ya clásico “We will rock you” de Queen, Here To Stay y Falling Away From Me, con una intro en teclados. El público en éxtasis, los músicos entregados a sus fans, acercándose a ellos, saludando, dando lo mejor sobre el escenario. La noche perfecta.
El momento para “descanzar” vino con la nueva Oildale, gran tema de lo que será el “Korn III: Remember who you are” que sólo algunos coreaban y saltaban. Luego de eso, Somebody Someone y todos los brazos de la gente arriba, agitándolos, se veía increíble el Caupolicán lleno, y Jon Davis que lo notaba y al final del tema aplaudía al público y reía. Did My Time y Throw Me Away fueron “lo nuevo” en este set list cargado a los clásicos de antaño, el público aprovechó a ratos para tomar aire y soltar un poco los músculos tensos de tanto salto y mosh.
Helmet In The Bush, un temazo del disco debut hizo volver a la euforia, que al final dio paso a la incertidubre (incluso de los mismos integrantes de KoRn) producto de una falla técnica que tuvo el concierto detenido unos minutos, tiempo que sirvió para rellenar con unos samples brutales y envolventes de “Horse”. Luego el momento de Fieldy, con un solo de bajo que demostró ser un una de las claves del éxito de los californeanos, el K5 en toda su expresión, más el virtuosismo de Ray Luzier en batería improvisando para luego dar paso al quizás el momento más alto de la noche, con Freak On A Leash, Faget, Good God y Blind. Si alguien no estaba golpeado antes de estos temas, de seguro no salió ileso al final de ellos. Sencillamente una locura, sobre todo en el himno Blind que sirvió para formar un mosh gigante en el centro de la cancha, de seguro todos lo “sienten” aún en sus cuerpos doloridos.
Jon Davis se despide tras el final metalero de Blind, pero la gente sabe que aún no es el final. Claro, si la gaita aún no hace su entrada. Tras un par de minutos aparece Jon Davis con una gaita negra y se desata la locura de flashes, gritos, lágrimas, etc. Shoot & Ladders tocada íntegramente, a diferencia del año 2008, hace agitarse a un público que sabía que el final estaba cerca.
Punto aparte antes del gran final. De todos los temas de KoRn, que no son pocos tras 8 discos de estudio desde 1994, de seguro estos dos son de lo mejor. Clown y Got The Life, caos al máximo en dos de las mejores canciones de la noche.
Al final los agradecimientos de un alegre Jon Davis, que aplaudió y saludo a todos los sectores del teatro. Fieldy regaló sus cuerdas y Ray lanzó baquetas y parches de batería. Un Munky medio pintado aún, se despidió al micrófono (tal como lo hiciera en medio del show diciendo “Chile ayuda a Chile”).
En síntesis fue un show que cumplió todo lo que prometió, fue de la vieja escuela con un KoRn entregado a su público y un público entregado a la banda. Salvo algunos detalles en el sonido, un show redondo que dejó a los aficionados felices y de seguro recordando para siempre, esta hora y media en que KoRn volvió a ser el que conocimos por allá en 1994.
fotos del concierto
NOTA REALIZADA POR diego campos diaz
VIDEO GENTILEZA pulkasone
FOTO GENTILEZA KORN(PUBLICADA EN SU TWITTER)
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